11-07-2014, Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones

Seguridad en las carreteras

Fuente: Departamento de prensa de MOPC

El programa de asistencia y seguridad que ejecuta el Ministerio de Obras Públicas en las principales autopistas se ha convertido en un preciado instrumento de prevención de accidentes y de auxilio vial que también ha contribuido a disminuir la comisión de atracos y asaltos en esas carreteras. Sin vigilancia de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET) ni de la Policía Nacional esas vías estaban virtualmente bajo el control de choferes y motociclistas desaprensivos y de delincuentes que agreden a conductores y pasajeros que sufren percances, muchas veces provocados por esas huestes vandálicas.

 

Más de 200 camionetas de Obras Publicas con personal militar y mecánicos recorren las carreteras para auxiliar a vehículos varados, pero también para prevenir o afrontar la comisión de actos delincuenciales, lo que ofrece un ambiente de protección y seguridad vial del que la ciudadanía se hace merecedora.

 

Aunque se censura que ese ministerio disponga de un pequeño ejército integrado por decenas de militares, se reconoce que emplea ese personal en una labor virtualmente abandonada por otras autoridades competentes, especialmente en lo relacionado con la garantía de seguridad y protección que debe ofrecerse a quienes transitan por esas vías.

 

Lo deseable sería que patrullas motorizadas de Amet o de la Policía vigilen de día y de noche todas las autopistas y tramos secundarios para evitar violaciones a la Ley de Tránsito, especialmente en lo concerniente a exceso de velocidad o manejo temerario, pero ante la inercia de esas instituciones, Obras Públicas ha tenido que asumir ese rol.

 

Es claro que las unidades de ese ministerio carecen de calidad para detener patanas, autobuses, camionetas, carros y motocicletas que en las carreteras sin vigilancia policial se convierten en auténticos instrumentos de muerte, pero han resultado muy eficientes en acudir en auxilio de conductores en aprietos.

 

Lo deseable sería que el programa de Obras Públicas se circunscriba a ofrecer auxilio a choferes y pasajeros cuyos vehículos sufren percances en las carreteras y que la Amet pueda cumplir con su deber de fiscalizar el tránsito y el cumplimiento de la ley en esas vías, convertidas hoy en tierra de nadie.

 

Los lauros van dirigidos hoy al Ministerio de Obras Públicas porque ha asumido un eficiente programa de señalización de las autopistas, de asistencia vial y de prevención de crímenes y delitos, acciones que la ciudadanía aplaude y agradece.

 

EL NACIONAL